
Lo que hace tan famosos a estos castillos, es el hecho de que Disney se inspirara en el castillo de Neuschwanstein para crear su Castillo de la Bella Durmiente en Disneyland.
Sobre un peñasco empinado, encima del lago alpino y de las aguas torrentes del barranco de Pollat, Luis II mandó a construir el Castillo de Neuschwanstein en 1869. Una roca transformada en un sueño. Que parece proceder de un escenario teatral fantástico.
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